En latín dos palabras similares, se refieren a conceptos distintos:

Lĕvis significa leve, ligero, tenue.

Lēvis significa liso, pulido, terso.

 

La instalación enfrenta la liviandad de la luz a la tersura del agua.

“Lo ligero nutre cada vez más nuestro mundo material y cultural, ha invadido nuestras prácticas cotidianas y remodelado nuestro imaginario. Escuchamos toda la música del mundo en aparatos ligeros como el aire. Vemos películas en tabletas táctiles que caben en el bolsillo. Lo ligero, ya se entienda en su sentido primario o en su sentido derivado, es hoy uno de los grandes espejos en que se refleja nuestra época.”

            Gilles Lipovetsky, De la ligereza, 2016.

“Lo pulido, pulcro, liso e impecable es la seña de identidad de la época actual. Es en lo que coinciden las esculturas de Jeff Koons, los iPhone y la depilación brasileña. Por qué lo pulido nos resulta hoy hermoso? Más allá de un efecto estético, refleja un imperativo social general: encarna la actual sociedad positiva. Lo pulido e impecable no daña. Tampoco ofrece ninguna resistencia. El objeto pulido anula lo que tiene de algo puesto enfrente. Toda negatividad resulta eliminada.”

            Byung-Chul Han, La salvación de lo bello, 2015.